Hoy, por casualidad, me he encontrado con un párrafo que escribí hace 10 años (cuando tenía 43).
“Todos pasamos en varios momentos de nuestra vida por situaciones en el trabajo en las que nos encontramos con encrucijadas. Incluso crisis. En estos casos, me suelo acordar de un antiguo disco de “Gabinete Caligari” que se llamaba “Privado” y en el que había una canción que se titulaba “Profesional”. La historia de la canción no tiene nada que ver con nuestro trabajo, sino con otras cosas, pero con ella entendí que el profesional no es el que da lo mejor de si mismo cuando hace lo que le gusta, sino el que es capaz de dar lo mejor de si mismo cuando lo que hace no le gusta. Para sobrevivir emocionalmente en ese caos, un truco es disfrutar de los 15 minutos de gloria que uno tiene de vez en cuando…y ser un trabajador duro el resto del tiempo”.
Pero tras diez años… ya no me reconozco en este párrafo. Es como… enrevesado, egocéntrico y “adrenalínico”… Ahora, con 53 años, simplemente me levanto temprano, respiro el aire de la mañana, y me convierto en un papel en blanco absolutamente dispuesto a ser escrito por todos aquellos con los que me encontraré, presencialmente o digitalmente, a lo largo del día.
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